jueves, 29 de diciembre de 2016

Es para ti

Y míralos...Se empeñaban en decirte que en la vida real no ocurría lo que veías en las pelis. Y por una sencilla razón, porque eran sólo eso, películas. Y tú les creías. Efectivamente, la vida no es como en las pelis, resulta que es mucho mejor. Vives besos que duran días, incluso semanas. Vives abrazos y momentos sin anuncios de por medio, - y el único anuncio que existe corre el riesgo de llamarse "verano"-.
Conoces a gente y lugares tan maravillosos que te invade el orgullo y la felicidad al pensar en lo que tienes, y en las experiencias que, por suerte, y no pocas veces por desgracia..., ya forman parte de ti. No sientes envidia al pensar en tus ídolos, ni en tus personajes favoritos; sabes perfectamente que si ellos te pudiesen ver a ti, te tendrían envidia. Para serte sincera...podría resumirte tu vida. Podría ver toda tu vida pasar en un tren corto, y es que existen vidas reflejadas en un trocito minúsculo de cristal.
Podría decirte que el amor de tu vida no duró ni si quiera una estación del año.

Podría decirte que, sin haber cumplido una cuarta parte de un siglo, has vivido ya toda una vida.




martes, 27 de diciembre de 2016

Me hiciste una experta

Sé de lo que hablo cuando mis dedos escriben acerca del sufrimiento. No es lo mismo que el dolor, el dolor es pasajero, efímero. El sufrimiento te va desgastando tan cruelmente que incluso llegas a dudar de ti misma.
¿Sabes? Volaste sin dejar el nido, nunca lo llegaste a dejar. Lo que dejaste fue una persona vacía, mimada por excusas que ya era tarde para justificar, adornada siempre de flores, pero de entierro.
Volaste y cambiaste de aires, de tierras, de mares. Volviste a caminar por los mismos senderos de indiferencia, y todo ello yendo paso por paso, hacia atrás, esta vez. Y cómo duele...
Duele ver que te fuiste, que realmente ocurrió. Que nadie lo imaginaba así pero, joder, te fuiste. Y gracias a tu no despedida hoy sé valorar y buscar yo misma la forma de despedir a los que, por desgracia, se acabarán yendo también. Y pienso hacerles una despedida indolora, insonora, con colores. Una despedida a lo grande. Una despedida que tenga de todo menos silencios y, por supuesto, nada de un adiós sufrido y gritado. Será el mejor adiós que diré nunca, y todo gracias a tu cobardía en escala de grises. Eso es lo segundo que dejaste. Y...¿qué decirte? Me hizo compañía y me acabé apoderando de ella. Hablo de tu cobardía, y mientras escribo esto me mira descaradamente, sentada en una esquina.




lunes, 5 de diciembre de 2016

Chute de realidad

Parece que no ha pasado el tiempo. Parece que fue ayer cuando bailábamos esa última melodía. Lo digo en serio, parece que fue ayer. Llega un momento en el que una no sabe si está haciendo las cosas bien, mal, o regular. ¿Quién determina si es buena señal que el tiempo pase volando?
Repito, parece que fue ayer. Prometí no volver a ese sitio, no recordarte, no darte más protagonismo que el que te mereces. Prometí no volver a ser feliz en los sitios donde ya lo fui en su día, y qué días...
Acabaron siendo mi perdición, acabaron consumiéndome a base de besos que nadie me dio. Al volver a ese sitio me sentí como patito feo en mitad del estanque, rodeada sin poder bailar. Mejor dicho, rodeada sin querer bailar. ¿Por qué? Fácil y sencillo, me empeñaba en recordarte, de ahí que el tiempo no haya pasado, pero una vez miras el calendario la realidad te escupe en la cara. Y eso, sale caro. Caro también me saliste tú, tanto precio para tan poco valor...al final se acaba aprendiendo con el tiempo, acatando frases que inconscientemente oíamos reiteradamente siendo ya pequeños; y es que...no es oro todo lo que reluce. Ni por asomo.
Apagando sueños, despertando gigantes. Bailando sola, en silencio, sin pisar a nadie.