lunes, 7 de noviembre de 2016

Economía de caricias

"Entre el dolor y la nada, prefiero el dolor"

                                          - William Faulkner


"La nada es estar muerto".

Cuántas y cuántas veces se nos presenta este dilema en nuestras vidas; no me responde, no me llama, no me ha propuesto planes, no me mira... Tímidos reproches que se convierten en baratas justificaciones, y, ¿para qué? Para eso mismo, para justificar lo injustificable, para engañar a nuestro amor propio y la confianza en nosotros mismos. Es una pena, pero el ser humano es tan inteligente, que utiliza la inteligencia para auto dañarse. Me incluyo - siempre lo hago y lo haré -. Si el ser humano no hiciese uso de, como ya he dicho, baratas justificaciones, más de uno se quedaría en nada. Pero no, en esta vida preferimos sentir dolor, sufrir a "estar muertos".
Una cosa es sentir dolor, y otra lesionarnos a nosotros mismos, mentalmente, por supuesto. Si no te llama no es que no haya tenido tiempo, ni tampoco es que haya estado ocupado. Si no te llama es porque no ha querido llamar. Punto. Pero ese desdén, esa falta de interés nos hace estar al pie del cañón (sufriendo, cómo no...), pero al menos, se justifican algunos diciendo esto, nos sentimos vivos. Escapamos, huímos. Efectivamente, no sentir nada es estar muerto. Pero nadie se da cuenta de que el dolor poco a poco mata, y lo peor de todo, puede provocar que nunca más volvamos a querer, que nos demos por vencidos/as.
¿Acaso no está el mundo lleno de personas maravillosas con las que podemos compartir y comprender la vida? No nos ciñamos a ese dolor incoloro, dolor disfrazado de aventura, de esperanza, de "quien la sigue la consigue". Quien la sigue la puede conseguir, por supuesto, pero, hazte un favor; consigue algo que al mirar atrás no veas impregnado de angustia, sufrimiento, esfuerzo y noches en vela. Hay tantos tipos de dolor como personas. Busquemos. Busquemos las caricias sin dueño.



No hay comentarios:

Publicar un comentario