martes, 20 de septiembre de 2016

Fiel a la risa olvidada

Leí hace unos meses que el tiempo que pasas riendo es tiempo que pasas con los dioses.

¡Qué risa la mía! Me sonrojo al escucharme a mí misma, y es que, has hecho maravillas en mí. Has conseguido rozar mi piel y que tu tacto sea parte de mí.
¡Qué risa la mia! Me has conocido con miradas y palabras. Dicen que las palabras duelen. Y yo me pregunto,¿por qué siempre tan pesimistas? ¿por qué no dar más protagonismo a las miradas? Hay miradas que también duelen, por supuesto. Pero no se dice nada de las miradas que hablan, que reviven y que a la vez matan, de placer.
¡Qué risa la mia! Te has quedado conmigo y mira por dónde ya eres parte de mí. Y si te soy sincera, no sabes bien cuánto soy yo de ti.

¡Qué risa la mía! No la recordaba así...




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