lunes, 5 de septiembre de 2016

Saludad,camas vacías

Se acaba el verano, y con él aventuras, sorpresas, locuras y resacas. Dejamos de levantarnos a las tantas para volver a la rutina de siempre. Un nuevo verano se despide llorando, ha pasado a ser viejo de la noche a la mañana. Un viejo y mágico verano.
Todos los años el mar es testigo de llegadas y despedidas, idas y venidas, sonrisas y lágrimas, sorpresas para bien y sorpresas para mal.
La magia que tienen las noches de esta estación y sus besos nocturnos dejarán el listón muy alto al invierno, pero también hay que decir que el invierno consigue lo que nadie es capaz de conseguir. Toca guardar la alegría unos cuantos meses y demostrar la vida que tenemos por dentro. Toca coger fuerzas y ser fuertes para pasar de golpe, y como si de un maratón se tratara, el frío y duro invierno. Toca darnos cuenta, una vez más, que lo que se va, no vuelve, que cada verano es único y que faltan 365 largos días para vivir de nuevo más y mejor.


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