martes, 2 de agosto de 2016

Parece que pasa el tiempo.
Parece que pasa el tiempo,y no para. No espera a nadie. Últimamente me desanimo sobremanera cuando me fijo en lo que tengo alrededor.
El hecho de pasar bastante tiempo con niños, me sirve para darme cuenta de que hay etapas en la vida que pasan. Igual que pasan las personas. El día a día es un regalo,y la mayoría de las personas no saben apreciarlo. En algunas ocasiones,no siempre,me incluyo entre esas personas,pero para esto sirve escribir,para dejar paso libre a los pensamientos, a nuestros deseos más íntimos que por nada del mundo diríamos de manera espontánea con palabras,palabras que no serían otra cosa que palabras congeladas. Escrito todo cambia. El otro día estaba caminando por la calle,ahora mismo no sabría deciros hacia dónde iba,ni a dónde me dirigía,sólo recuerdo que me vino el siguiente pensamiento a la cabeza: aquella persona que tenga algo tuyo,permanecerá unido a ti para siempre. Y eso es una gran verdad, lo quieran o no lo quieran los susodichos. Se trata de pertenencias,y no precisamente pertenencias materiales en su pleno sentido.Pertenencias, y cuando la otra persona tiene algo escrito,pongamos que hablo de una inocente carta, todo cambia a mejor. El significado de pertenencia y unión con la otra persona se vuelve mucho más estricto. Es algo tan íntimo...que me atrevería a decir que resulta algo inolvidable.

Algún día de febrero (escrito oficial)

No hay comentarios:

Publicar un comentario